Principios básicos para educar a los hijos.
Ah, la educación de los hijos. Es un tema el cual no podemos evadir si queremos realmente darle formación a los hijos.
¿Cual es la forma de educar a los hijos?
Existen varias formas de educar a los hijos y esto está en función al grupo social al cual pertenecen. Los diferentes grupos pondrán énfasis en aspectos significativos en función a su filosofía y sentido de vida. Como producto de lo anterior, la educación hacia los hijos está relacionada los valores, principios como sentido de vida.
¿Con qué fin educamos a los hijos?
Ya tenemos una respuesta parcial, sólo nos falta darle dirección. Mucha gente generalmente contestará "Para que salgan adelante en la vida", pero ¿qué significan realmente dichas palabras? Decir "salgan adelante" significa que existe un "otro lado" el cual es inaceptable? y al decir "...vida" a qué se le llama vida? Una pregunta la cual se hace muchas veces es "¿Qué quieres ser cuando seas grande? Recuerdo una genial respuesta de un niño: ¿ Y cuál es el problema con lo que soy? Definitivamente, si queremos arle formación a los hijos tenemos que ir más allá que las frases anteriores ya que no son funcionales.
El tipo de educación que queramos darle a los hijos, está fundamentado en el contexto en el cual se decide tener hijos. Lamentablemente mucha gente tiene hijos sin pensar en la filosofía de vida para los tales y esto pasa por que los mismos padres desconocen sus propias razones existenciales, suena mal, no obstante, a los largo de mi experiencia como Psicólogo lo he visto muchas veces.
¿Existe alguna base para educar a los hijos?
Como he señalado, existen varias formas de educar a los hijos, no obstante, existen algunos puntos que pueden coincidir en todas ellas, a saber:
1.- AMOR
2.- DISCIPLINA
3.- EJEMPLO
4.- RECTITUD
5.- JUSTICIA
6.- SABIDURÍA
7.- TRASCENDENCIA
1.- Amor.
La manifestación de afecto hacia los hijos es vital para el buen desarrollo. Es comprobado que apoya para la formación de la autoestima y la compresión de su entorno. Tan simple como empezar a dar un abrazo diario y una bella palabra a los hijos, ¡verás cambios positivos en él o ella el mismo día!
2.- Disciplina.
Nos podemos fundamentar en su definición etimológica.
Con origen en el término latino disciplīna, la disciplina es el método, la guía o el saber de una persona, sobre todo en lo referente a cuestiones morales. El concepto también se utiliza para referirse a una rama científica o artística.
Se entiende por disciplina (del latín discipulus, “discípulo, estudiante”) se refiere a una manera coordinada, ordenada y sistemática de hacer las cosas, de acuerdo a un método o código o alguna consideración del modo correcto de hacer las cosas.
La disciplina es la capacidad de las personas para poner en práctica una serie de principios relativos al orden y la constancia, tanto para la ejecución de tareas y actividades cotidianas, como en sus vidas en general. Como tal, la palabra proviene del latín disciplīna.
En la jerga psicológica tiene su definición bajo la idea de enseñar como encaminar lo cual comparte con la definición etimológica.
3.- Ejemplo.
Experimentos demuestran que el ejemplo es parte del aprendizaje vital. Los niños, por ejemplo, aprenden a través de la imitación; algunos jóvenes requieren de ejemplos para realizar introspección y canalización para lograr su integración individual. Como mucho se ha dicho y escuchado, una imagen dice más que mil palabras lo es cierto también referente al ejemplo: "El ejemplo habla más que lo enseño con los labios".
Es trillado, aunque cierto; Se educa con el ejemplo. Como ejemplo, si educamos con violencia el chico será violento. En términos gestálticos el chico que ha sido víctima de violencia, será el victimario y así seguirá en círculo el mismo fenómeno. En muchas ocasiones los chicos están aprendiendo de nosotros, aunque no notemos que nos ven; esto es un tipo de enseñanza que muchas veces olvidamos porque estamos acostumbrados en enseñar por la boca. Hagamos de la enseñanza conductual un medio para enseñar a los hijos.
4.- Rectitud.
Pensemos en su etimología:
Este vocablo en su etimología está compuesto del adjetivo «recto» y del sufijo «tud» que indica alguna cualidad o índole, también viene del latín «rectitūdo».
Consideremos ahora una definición dinámica:
La rectitud es un atributo, una forma de vivir y de ser, es señal de coherencia consigo mismo; es la firmeza del carácter y la disposición de la conciencia. Este término suele indicar la integridad y la seriedad presentes en una persona. Cuando alguien muestra rectitud en su comportamiento, es porque cada acción que realiza es hecha con honestidad y con mucha educación.
Al día de hoy, y seguramente en otras épocas, el dinero prueba la integridad de las personas. Es importante que las nuevas generaciones aprendan dicho valor de la rectitud para la confrontación de la vida misma y no sean producto de la debilidad que hoy en día adolecen muchos de nuestros jóvenes.
5.- Justicia, como virtud.
Existen muchas variantes del término. para efecto de éste artículo, me referiré a la siguiente definición la cual está vinculado con un sentido psicológico personal como social.
"Igualmente la justicia ha sido entendida como virtud humana, puede ser definida como el arte de hacer lo justo y de «dar a cada uno lo suyo» (en latín: suum quique tribuere contenido en el Ars Iuris), básicamente esto nos dice que la justicia es la virtud de cumplir y respetar el derecho, es el exigir sus derechos, es otorgar los derechos a un individuo.
Para diversos autores la justicia no consiste en dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber decidir a quien le pertenece esa cosa por derecho. La justicia es ética, equidad y honradez. Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que le corresponde. Es aquel sentimiento de rectitud que gobierna la conducta y hace acatar debidamente todos los derechos de los demás.
Todas las virtudes están comprendidas en la justicia. En definitiva, la verdadera justicia es el arte de dar lo justo o hacer dar lo justo a un individuo, basándose en los principios del arte del derecho, sin tener ningún tipo de discriminación o preferencia hacia ninguna persona; de lo contrario se estaría dando una justicia falsa y ello no sería «dar a cada uno lo suyo», sino «dar a él lo que le toque», dependiendo de su clase social o raza, etc.Podemos añadir que se trata de hacer responsables a los hijos. Las acciones que realicen tienen algún tipo de producto y como tal se debe asumir en lo concerniente a los resultados.
No olvidemos que ser responsable tiene que ver con la habilidad que tenemos para responder de forma congruente y honesta por las acciones que realizamos. Es decir que a la hora de educar a los hijos, se les tiene que enseñar a responder por las acciones que puedan realizar y esto también tiene que ver con la base de valores y principios afirmados.
6.- Sabiduría.
A través de los años, vamos adquiriendo conceptos, ideas, alegrías, tristezas, desilusiones, triunfos, fracasos, etcétera. Con todo lo anterior, vamos adquiriendo experiencia así como conocimiento. Al mismo tiempo y en función a nuestra actitud, personalidad y valores, tendremos una visión optimista (en función a lo real y no fantasías) o pesimista de la vida. Dicha visión es la que estaremos proyectando e impregnando a nuestro entorno social.
En la literatura psicológica del desarrollo humano podemos encontrar una idea muy interesante en relación a la sabiduría. Está investigando que el hombre, en su etapa de adultez tardía tiene dos caminos: La sabiduría o la estupidez. Los hijos tienen que ser educados de tal forma que sean sabios en saber vivir y disfrutar de la vida y no pensar que si no tienen la consola de videojuegos de moda no serán felices. Cuando los padres se abren ante sus hijos en los diferentes temas de la vida, bajo la línea de consciencia personal como social, nuestros chicos están en el camino de hacer una sociedad más justa.
7.- Trascendencia.
La vida es muy corta y dentro de lo profundo de corazón del hombre existe una pequeña llama que, pese a las vicisitudes de la vida y que puede encontrar belleza en este mundo, existe un anhelo de no dejar de existir. El escribir libros, por ejemplo, es un deseo de trascendencia; seguir vivo después de morir es el deseo profundo humano, no importa si es creyente o ateo el que escribe; busca la trascendencia.
¿Cuál es el impacto que queremos dejar en este mundo cuando no estemos presentes?
Al voltear hacia atrás o en la reflexión personal, si podemos ver que estamos construyendo algún tipo de legado, estaremos cumpliendo en ser un verdadero hombre o mujer.
Curiosamente es el hombre es que tiene más miedo en envejecer que la mujer; la mujer (no todas) por lo general disfruta de los nietos, por ejemplo; para el hombre no es tan simple ser abuelo.
En general no se nos enseña a envejecer. Hay culturas que a los cinco años, los niños son llevados a los campos santos con la finalidad que comprendan que la vida tiene un inicio y un fin y que por ello tienen que vivir felizmente con sentido.
Todos sabemos que vivimos en un sociedad superficial y evasiva; vivimos la vida, pero evadimos la vida misma. Si nuestros chicos son educados con la consciencia de la trascendencia, serán más felices en esta vida presente.
Y tú qué opinas...¿Crees que sean importante éstos puntos, quitarías o añadirías alguno? ¡Comparte tu opinión!
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gracias.
Por el autor: Caleb R. Soto
Psicólogo en Coapa, sur de la Ciudad de México.
Referencias:
https://definicion.de/disciplina/
https://concepto.de/disciplina-2/
https://definicion.edu.lat/significados/disciplina.html
https://definiciona.com/rectitud/
https://conceptodefinicion.de/rectitud/
https://es.wikipedia.org/wiki/Justicia
Desarrollo humano, Diane E. Papalia, Sally Wendkos Olds, Ed. Mc Graw Hill
https://pixabay.com/
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