Cuando el suicidio se presenta en la juventud.
El suicidio nos han acompañado desde tiempos muy antiguos. En diferentes culturas y tradiciones es calificada como algo trágico, en otras un acto de honor. Sea cual fuere es un acto contundente y definitivo para aquel que lo realiza y de impacto traumático para aquellos que, por cercanía al ejecutante, tienen que confrontar el suceso.
Hoy en día, vivimos en una sociedad sumamente complicada. Los cambios sociales como económicos generan mucha presión en la sociedad; los avances en la tecnología demandan una mayor y mejor preparación académica en los individuos; los intereses políticos violentan los derechos de sus propios ciudadanos; la corrupción de las autoridades desalienta el deseo legítimo de justicia que demanda la sociedad donde sólo los poderosos son beneficiados mientras que el resto de la población vive marginada de ese derecho fundamental.
Ante tal panorama es fácil pescar el virus del desaliento, la desilusión, la frustración, la impotencia, entre otras cosas.
Algunos individuos tendrán la capacidad de realizar algún tipo de adaptación para seguir adelante; sea asumirlo como tal o luchar contra ello. Otros en cambio, les impactará de tal forma que podría alterarlos desde una forma leve, para otros de forma más aguda, y para algunos otros podría ser incluso peligroso.
Esto bien podría ser peligroso para personas con personalidades comprometidas con algún tipo de neurosis y/o trastorno, por ejemplo.
Ahora puntualizando debemos recordar que los jóvenes enfrentan varios retos de adaptación con el fin de lograr la autonomía existencial y rol bio-psico-social.
Por lo anterior, cuando se presenta el intento de suicidio en el joven, como producto de un agente sumamente complejo para él, este hecho no es algo fortuito. No es un arrebato simplemente o un sólo llamar a la atención. Hemos de entender que al suscitarse el intento, el joven ya había presentado síntomas como depresión, aislamiento, ideas de minusvalía, bajo rendimiento académico como laboral, melancolía (la cual es uno de los factores principales para dañarse a sí mismo), falta de concentración, ideas suicidas, pensamientos de desesperanza, por ejemplo. No deben de cumplirse todos los puntos anteriores, no obstante, debemos saber que son factores que pueden estar avisando que nuestro joven requiere de apoyo y quizá estemos pensando que sólo se trata de "cosas de chicos inmaduros". Nos pueden apoyar las siguientes referencias del INEGI.
Primera tabla:
Como podemos observar en la tabla, en algún momento de la vida,
algunos individuos consideran la idea de quitarse la vida. Por otro lado, las
autolesiones juegan un importante papel en la búsqueda del suicidio. Como vemos, la edad en las autolesiones es una edad donde los chicos no tienen una estructura consolidada para considerar otras opciones.
Segunda tabla:
En esta segunda tabla se puede apreciar que mientras más edad tiene la mujer, disminuye el intento de suicidio. En los hombres también disminuye. No obstante, se puede apreciar que en etapas tempranas, la mujer es más propensa al suicidio que el hombre.
Una explicación para esto podría ser su rol social el cual al día de hoy sigue teniendo desventajas ante una parte de un mundo masculino machista. Sólo por no dejar: El patriarcado no es el problema (será cosa de explicarlo en otro artículo), sino que algunos hombres no entienden cuál es el rol que juegan ellos en la relación de pareja o familia y que al mismo tiempo, no comprenden las necesidades de la mujer sea esposa e/o hija.
Pero no nos vayamos "con la finta". No obstante que la mujer tiene más ideas suicidas, muchas veces no lo realiza, mientras que los hombres, aunque lo piensan menos, tristemente son más contundentes en realizarlo. Las siguientes tablas no lo señalan:
Tercera tabla:
Cuarta tabla:
Como vemos en la cuarta tabla, no obstante que los hombres son más propensos al suicidio de una forma significativa, en ambos sexos, entre los 10 a los 29 años, radica aun el desarrollo cognoscitivo (10-25) mientras que el emocional todavía es un referente para la toma de decisiones.
Dato a destacar es que el hombre durante toda su vida, es significativamente más expuesto al suicidio que la mujer. Esto podría explicarse por la línea de que el hombre al día de hoy sigue siendo el responsable principal de la manutención familiar así como el responsable de la toma de decisiones importantes.
Las estadísticas anteriores nos permiten deslumbrar muchas otras puntos, pero por el momento es suficiente y, bueno, después de todo, no es alentador que la gente decida quitarse la vida y mucho menos cuando tienen una edad tan temprana.
Por otro lado, sumando una variable más que puede influir de forma importante en el joven es si existe disfuncionalidad familiar, como el divorcio, violencia entre los padres, problemas económicos, contexto social inapropiado, enfermedad grave en alguno de los integrantes, por ejemplo, así, nuestros jóvenes están más expuestos a tomar decisiones incorrectas.
Con todo lo anterior, podemos entender que cuando un joven (o un adulto) decide quitarse la vida, lo logre o no, señala que el propio individuo ya tiene un problema existente previo al intento, sea de carácter neurótico o ya franco patológico.
Se tiene que tomar en cuenta que aquel que pretende hacerse daño es al mismo tiempo un síntoma familiar, es decir que el joven que hace el intento o lo consuma es el reflejo de lo que está pasando en casa. Debido a esto, es recomendable que después de un suicidio la familia deba de realizar el duelo para después entrar a una terapia familiar con el fin de entender la dinámica de casa para así identificar que mecanismos están generando disfuncionalidad familiar. Se sabe que incluso en un hogar donde una persona se quita la vida, existe la posibilidad que otro miembro de la familia lo intente.
Finalmente, es importarte generar un ambiente de confianza en nuestros hijos. Si elegimos ser padres, asumimos la responsabilidad de estar al tanto de los hijos. Generar una relación estrecha donde el amor, la comprensión, la justicia, la dirección como la tolerancia fluyan en el hogar. Escuchemos a nuestros hijos, estemos atentos a las tempranas señales de peligro para que así libremos a nuestros hijos de tan nefasta calamidad.
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Por el autor:
Lic. Caleb R. Soto
Psicólogo en Coapa, sur de la Ciudad de México.
Referencias:
* Información de posgrado UNAM en competencias clínicas.
* Inegi
* pixabay.com
* https://duckduckgo.com/l/?uddg=https%3A%2F%2Fes.wikipedia.org%2Fwiki%2FDiferencia_de_g%25C3%25A9nero_en_el_suicidio&rut=fff0477fe4b426969fe1e3cb60281a2d56ba59e6b6d93065354f6cc92c38f93a
https://duckduckgo.com/l/?uddg=https%3A%2F%2Fes.wikipedia.org%2Fwiki%2FDiferencia_de_g%25C3%25A9nero_en_el_suicidio&rut=fff0477fe4b426969fe1e3cb60281a2d56ba59e6b6d93065354f6cc92c38f93a*
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