El acoso escolar o bullying no es sólo el culpable de los problemas en las escuelas.
Introducción.
A raíz de lo sucedido en la Ciudad de México tocante al caso de la estudiante de secundaria llamada Fátima, la cual cayó del segundo piso de su escuela y que en cuyo contexto se ha señalado que existió bullying contra la chica en cuestión, denota sólo la punta del iceberg de toda una problemática existente dentro de las instituciones educativas en sus diferentes niveles. Dicha problemática va mas allá del famoso acoso escolar llamado bullying.
Pareciese ser que tanto autoridades como la población en general quisieran introducir las diferentes acciones punitivas que se dan dentro de las instituciones académicas dentro del marco del acoso escolar, no obstante, es necesario conocer otras variables las cuales pueden estar influyendo en las instituciones académicas de tal modo que hoy en día estemos presenciando acciones que son dañinas para los involucrados y para la sociedad en general.
Otras variables a considerar.
Es necesario entender que el acoso escolar, por definición, tiene un marco de acción bien establecido y puntual bien constituido, puedes revisarlo en uno de mis artículos llamado "No toda acción punitiva es bullying", por ejemplo.
No obstante, cuando se atenta contra la vida de un estudiante, sea de forma pasiva o activa, por ejemplo, ya no estamos hablando por definición del acoso escolar, sino pudiera caer en un concepto más acorde al acto mismo. En este sentido y al día de hoy, las escuelas, están confrontando la problemática con alumnos que atentan contra otros ya con una actuación franca homicida cosa que es sabido en la sociedad actual.
Otro factor que tienen que enfrentan tanto el alumnado como las instituciones académicas es el tema de la drogadicción en términos de consumo y venta ilegal de la misma dentro como afuera de las escuelas.
En este marco, y como otra variable, los alumnos tienen que convivir en el salón de clases con un chico o chica vinculado con dicha problemática de salud el cual puede ser desde un promotor y consumista hasta ser hijo/a de un narco o un delincuente y esto lo hace sumamente complejo para el alumnado y no es cuestión de estigma, sino que por lo general estos chicos "aprovechan su posición" para abusar o asustar a los demás sea consciente o inconsciente. En el caso de los maestros es muy complicado dar clases ante este panorama ya que incluso ellos mismos pueden estar en riesgo. Esto justamente puede provocar que las autoridades mismas no puedan hacer su trabajo ya que "¿Quién en su sano juicio, a título personal, denunciaría al hijo del delincuente o al estudiante delincuente el cual se sienta a tu lado?", es muy complicado, insisto.
Otra variable en cuestión es la pésima formación ética-personal y social con que cuentan muchos alumnos donde muchos padres lamentablemente, al día de hoy y en pleno siglo XXI, piensan que la educación humana se aprende en las escuelas y no en casa, y si ha esto le añadimos que muchos de esos padres cuentan con una formación instintiva aprendida, y que la misma la trasmiten a sus hijos, esto genera un ambiente neurótico en las escuelas la cual, naturalmente ya se había aprendido previamente en casa y la cual viven en su día a día.
En otro tema tenemos que las mismas autoridades de justicia, así como la SEP misma, quizá sin querer, que al enfatizar temas como "los derechos humanos", "inclusión y diversidad", temas de género y protección a la mujer, en fin, dar voz a la minorías, sólo han provocado que las propias instancias se aten de manos, de hecho, por ejemplo, ya se han dado declaraciones tanto en México como en otros países que atender los problemas con perspectiva de género no ha ayudado a bajar los niveles de violencia e injusticia social, dicho esto por posiciones políticas de izquierda incluso.
Una variable más es la de los propios maestros. Si bien en su gran mayoría los maestros de las escuelas son profesionales con vocación y muchos de ellos tienen que trabajar con problemáticas como las mencionadas más arriba, otros no tienen la formación ni la vocación para ver por los alumnos que tienen a su cargo, incluso se ha sabido de abusos por parte de los maestros hacia el alumnado.
Y una más, y es la incompetencia de las fiscalías para realmente hacer investigación y protección; decir "fue un ajuste de cuentas" como hablar con gerundios como "estamos trabajando en ello" no sirve para nada. Sólo genera más problemas y estimula a la delincuencia.
Pueda que existan más variables, como el alcoholismo juvenil, los jóvenes "generación de cristal", etc, pero con estas son suficientes para comprender la problemática existente.
¿Esto es pesimismo y qué hacer entonces?
Algunas recomendaciones.
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